Primera experiencia de cuento compartido. Compartido con Alberto Lizarralde, mi querido compañero de numerosas y diversas batallas en el pasado, presente y lo que esté por llegar…
Y con María Zambrano. Hemos tomado prestado el principio de su libro “Claros del bosque”. Su autora dijo de él que respondía a esa “idea” de que “pensar es ante todo –como raíz, como acto- descifrar lo que se siente”.
Este texto ya nos acompañó en 1998 cuando maquinamos, planeamos, y por fin en 1999 realizamos, la primera edición del multidisciplinar Festival PLAZA cuyo tema fue “El bosque”. Preciosos e inolvidables recuerdos…
Ojalá este cuento te lleve a pensar-descifrar-sentir. Para probarlo, sólo necesitas ganas de entrar y estar en él.
- Alberto Lizarralde: Laberinto sonoro (Live · Sound Design)
- Sorkunde Idigoras: Piano y voz
Claros del Bosque incluye Geb, tema compuesto por Alberto Lizarralde.
No buscaré.
Bravo!!…hoixe esan dezaket soilik.
…eta bai, jarraitu holakoak egiten eta kaleratzen…
testuan azaltzen diren basoko «argi une horiek», zoriz topatutakoak, edo ez , izan, badira, eta horiek agerian uzten duten «ate» edo «leiho» horiek pasa edo zeharkatu daitezke, edo ez…
Milesker zeuei!!
Hasier
grande
Sorkunde,qué regalo!
Cada segundo de estas joyitas está resultando un placer,a veces remojado con alguna que otra lágrima.
Este último trío me ha parecido sublime
BRAVO eta milesker !!!
Cómo me alegro de que te gusten. Un beso guapa!
Precioso el universo que recreas con la voz, el sonido y esos selectos textos.
Sorprendida por la coincidencia de cómo una misma idea puede tomar diferentes formas, me atrevo a dejar un pequeño relato que escribí ayer trás un paseo por el bosque y que, prácticamente, coincide con la fecha de ésta, tu última entrada Claros del Bosque.
Búsqueda
Conozco un lugar hundido entre montes de bosque apretado y sombrío. Una regata que, atravesada por un puente viejo de tablas, cincela su contorno. Bordeándola, un camino embarrado en el que, en su nocturno deambular, un jabato ha imprimido sus huellas.
Una de las laderas surcada por antiguas terrazas albergó -hasta no hace muchos años- decenas de huertas y olivares. Hoy abandonadas, las zarzas y los espinos se han adueñado del otrora vergel.
En nuestra búsqueda de un alto soleado y despejado nos vamos abriendo paso entre la maleza. Los muros de piedra de las viejas terrazas nos obligan a buscar otros accesos. Avanzar, examinar, descartar, retroceder. Sinuosos caminos de invisibles animales nos facilitan la tarea. Pequeñas rampas naturales nos llevan a un alto.
Sí, ¡Por fin! Tan cerca y tan lejos. Ahí está la explanada, el balcón al sur desde el que volaréis al bosque, la atalaya desde la que, tras la lluvia fina, se contempla el arco iris.
Sí, ahí está, abejas generosas de apitoxina y miel, el lugar sin nombre que pronto será vuestro colmenar.
Ah…También quería adherirme al recuerdo del festival PLAZA. Parece que aún veo el cartel que durante tanto tiempo decoró la puerta de entrada del estudio.
Otro apunte y paro, pero no dejo de darle vueltas a las palabras bosque, búsqueda, buscar y a su posible origen etimológico común y…sí, algo hay.
Vamos al bosque otra vez. Sin buscar,sin anhelar, no hay nada preparado, no esperemos.
El claro ????
Iremos, iremos…¿El Claro?
Ahí está. Sólo hay que adentrarse en el bosque (emboscarse).
Vuelvo a escuchar este sugestivo microcosmos sonoro…Qué bonito Sorkunde.
Gracias Mercedes por tu aprecio. Eso también da mucho gusto.
Y gracias por tu relato !. Desde luego que es una casualidad en el tiempo: no solo el tema bosque, también el día, y además un tipo de claro también… .
Acerca de la etimología, leyendo por ahí, hay opiniones variadas pero seguro que hay una relación, así lo creo yo también.
Te gusta la lectura; eso no lo dudo. Si, además, te gusta el tema te recomiendo el libro del mismo título «Claros del Bosque» de María Zambrano. Es un libro fantástico, memorable, una especie de guía; basta con leer su índice para advertir que se trata de algo más que sugerente.
Hablando de la emboscadura, en aquel primer PLAZA, cuyo tema era el bosque, también leímos y releímos La emboscadura de Ernst Jünger aunque en este momento no guardo un recuerdo concreto de él.
En fin, que sigamos disfrutando de estos preciosos y preciados momentos que nos brindan la música, la lectura, la palabra, …la vida.
Una experiencia compartida preciosa y emocionante…!
Preciosa colaboración! Qué recuerdos de aquél «Plaza»… y de aquellos años… Un placer volver a disfrutar con vosotros dos y vuestra creatividad!